miércoles, diciembre 31, 2008

Relevancia territorial, clave para el futuro de la economía alicantina

Relevancia territorial, clave para el futuro de la economía alicantina

Publicado en la Revista de la Cámara de Comercio de Alicante (Diciembre de 2008)

Forma parte del plateamiento y enfoque de la metodología del proyecto "Alicante Horizonte 2020" (Plan Estratégico desarrollado por el Instituto de Economía Internacional de la Universidad de Alicante y encargado por la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Alicante).


Los especialistas han sido testigos en los últimos años de la capacidad de la economía alicantina para superar cambios y transformaciones estructurales muy importantes. De hecho, ya queda poco de aquel modelo productivo alicantino que predominaba en los años sesenta y principios de los setenta. Se han superado etapas de fuerte desindustrialización y progresivamente se ha avanzado en la terciarización, la innovación y la internacionalización de la actividad productiva.

La provincia alicantina ha mostrado en los últimos cincuenta años que su capacidad empresarial es uno de sus principales activos. Y pese a al entidad de algunos cambios y retos pasados (integración en Europa, pérdida de ventajas salariales, declive de industrias maduras…) los empresarios han sido diestros a la hora de encontrar nuevas vías para proseguir su crecimiento económico.

El marco actual que nos define la globalización, las nuevas tecnologías y la sociedad del conocimiento exigen nuevos esfuerzos de modernización y transformación derivados de las exigencias que provienen de estos ámbitos. Ser competitivo en el marco de la globalización y de la sociedad del conocimiento es mucho más complejo y difícil en términos de competitividad empresarial. Es un reto que marcará a las nuevas generaciones con métodos, estrategias, cambios, incluso una mentalidad bien diferente en lo relativo a la forma de hacer negocios.

Por si fuera poco, se superpone una situación actual ciertamente enrevesada y dificultosa, derivada de una coyuntura caracterizada por una gran crisis financiero –inmobiliaria que ha sobrepasado a las respuestas y medidas que hasta la fecha han ido tomando los responsables institucionales de todo el mundo..

La economía alicantina ante la globalización: reivindicar su peso demográfico y económico

Sin infravalorar otros problemas, sí hay un claro dilema en cuanto al alcance o ambición del modelo alicantino de cara a las próximas décadas. Un ser o no ser en el ámbito de las exigencias de la globalización.

La globalización, el amplio marco de la Unión Europea, la beligerancia de los nuevos países emergentes (especialmente aquellos de mayor tamaño: China, India, Rusia y Brasil), le confiere a la escala y relevancia territorial una importancia decisiva y componente estratégico de primera magnitud.

Al respecto, la estrategia más sólida para Alicante -al igual que para Valencia-, es tratar de incrementar su relevancia y atractivos territoriales dentro de la gran Diagonal Europea y aspirar a ser referente europeo en términos de población y actividad económica. Desde esta perspectiva el reciente avance demográfico de la provincia alicantina deben ser vistos más como una oportunidad que como un problema.

El riesgo de Alicante ser concebido como un espacio territorial “mediano” en el entorno de nuestra propia Comunidad Autónoma y de España nos dejaría relegado a una base económica bastante limitada; sustentada únicamente por un espacio turístico y complementada por un tejido industrial y una terciarización dimensionada hoy en gran medida por la propia actividad inmobiliaria y constructora.

La provincia de Alicante debe ser vista desde la perspectiva de su potencial económico y poblacional. Alicante supera en estos términos a todas las provincias españolas que ostentan capitalidad de Comunidad Autónoma, con la excepción de Madrid, Barcelona y Valencia. Sin embargo, no se ha visto favorecida por las inversiones y actuaciones públicas en la medida que lo han sido Bilbao, Zaragoza, Sevilla u otras capitalidades de Comunidades uniprovinciales.

Al igual, que observamos cómo España reivindica su peso e influencia entre los países más poderosos económicamente (G-8, G-20…). La Comunidad Valenciana debería defender una relevancia territorial estratégica para España en el eje mediterráneo y la diagonal europea a través de la confluencia y suma de Valencia y Alicante: tercera y cuarta provincia española en términos de PIB y población.

Una estrategia territorial inteligente para la Comunidad Valenciana debería pasar por la defensa del desarrollo del Eje Mediterráneo y su integración como espacio relevante de actividad económica en la Diagonal Sur Europea. Algo que beneficiaría a las tres provincias de la Comunidad Valenciana.

Hasta ahora, una gran parte de los esfuerzos públicos han ido encaminados en pos de incrementar los atractivos de Valencia ciudad, esto le ha conferido un liderazgo y atractivo urbano incuestionable a la capitalidad de nuestra Comunidad Autónoma. Sin embargo, en términos de macrocefalias urbanas españolas es una vía agotada, dada la distancia que le separa de Madrid y Barcelona. Incluso desde la óptica estrictamente mediterránea esta apuesta nos dejaría siempre en desventaja con respecto a Barcelona y, en todo caso, tendría unos efectos bastante limitados para el resto del territorio valenciano.

Alicante y su capacidad de atracción

Las exigencias de la globalización y de la sociedad de conocimiento deben fomentar una conciencia territorial tendente a hacer valer el peso económico y demográfico de Alicante (sumado al de Valencia) que le permita disputar un protagonismo locacional muy relevante en términos de atracción y generación de riqueza económica.

Aparte de la relevancia inmobiliaria, y la necesidad de concentrar grandes esfuerzos a corto plazo para reactivarla, la economía alicantina debe aspirar a medio y largo plazo a posicionarse en la economía del conocimiento y fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías asociadas a su tejido productivo dentro de los atractivos locacionales del Eje Mediterráneo.

Esto tiene importancia a efectos de muchas de nuestras empresas, infraestructuras e iniciativas: nuestro aeropuerto (uno de los principales activos), nuestra política tecnológica, nuestra oferta urbana y el desarrollo de servicios especializados, la actividad financiera, etc.…

Hoy es una cuestión de relevancia territorial lo que explica la captación y desarrollo de servicios especializados avanzados y de empresas relacionadas con los sectores de conocimiento. Este concepto de relevancia territorial necesariamente tiene que ir acompañado de políticas activas de un amplio espectro que aprovechen el mencionado potencial demográfico y económico de Alicante. El Plan Horizonte 2.020 es una buena base de ideas contrastadas por las empresas con iniciativas que merecería la pena instrumentar.

Un marketing efectivo de la relevancia territorial alicantina

Si hiciéramos una encuesta entre empresas nacionales e internacionales –incluso entre ciudadanos no residentes que son demandantes de viviendas en nuestra provincia por motivos de ocio o inversión-, probablemente muy pocos no situarían como cuarta provincia en volumen población dentro de España.

Una de las razones de esta invisibilidad es que la relevancia demográfica de Alicante capital se sitúa por debajo de bastantes ciudades españolas. Habría pues la necesidad de proyectar el potencial conjunto de Alicante – Elche: un marketing conjunto que pusiera en evidencia el potencial que representan ambas ciudades y el conjunto de la provincia de Alicante en España y Europa.

La percepción exterior es importante desde la perspectiva de captación de inversiones y atracción de demanda inmobiliaria. Al respecto, el conjunto urbano de Alicante y Elche representan más de medio millón de habitantes, tres universidades, uno de los aeropuertos españoles más importantes en tráfico aéreo internacional, una oferta educativa y sanitaria importante, un Parque Industrial de los más importantes del mediterráneo español (Elche), una oferta cultural Patrimonio de la Humanidad, y uno de los mayores atractivos territoriales para residentes europeos, consolidado durante décadas.

Este tipo de marketing es importante, puesto que las ciudades desempeñan un papel clave en el ámbito de la globalización. Alicante y Elche por separado no son capaces de entrar en el tamaño “visible” a una escala global. Aunque su gestión política y administrativa sea independiente, su venta, su marketing debería ser conjunto en beneficio de ambas ciudades y de una provincia que necesita ser vista en consonancia con el peso total de su PIB, su población y su crecimiento.

Este marketing es útil desde la perspectiva de atraer nuevas inversiones ligadas al conocimiento o incluso mejorar nuestra imagen como espacio de futuro de cara a reactivar nuestra demanda inmobiliaria y otras vertientes de actuación importantísimas para el futuro de Alicante (tecnologías de la construcción, capitalidad financiera, etc.)

Para concluir, no se trata una cuestión de imagen, sino de propiciar actuaciones públicas y privadas coherentes con el potencial del territorio alicantino, algo que como se decía al principio será decisivo para los próximos años.

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